Unos de los grandes problemas de mi vida es no saber distinguir aún quién actúa con maldad o es simplemente tonto...
Mezquindad es agarrar un corazón sabiendo que no quieres (o no puedes) entregarte a él. Mezquindad es llevar las cosas a los centros, porque, como dice Lorca, entonces "no hay quien las arranque". Mezquindad es ese silencio impenetrable, ese profundo vacío. Mezquindad son esas migajas sin esperanza pero con ilusión. Mezquindad es hacer todo eso que prometías, pero más tarde y sin mí. Mezquindad es (aunque en este caso, por mi parte) seguir apareciendo en mis sueños de vez en cuando. Mezquindad es pensar que, pasado un tiempo, ya no duele.
... Y de mezquindad, tú sabes bastante.
"Y el rencor al dolor del amor que no acaba del todo..."
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