"Si tu amiga realmente quiere encontrar a alguien, cuando esté en la cama, o en un momento tranquilo, tiene que cerrar los ojos e imaginarse que tiene en las manos un ovillo de lana. Del ovillo sale un hilo del cual no se ve el extremo. Cada noche, durante un rato, que se visualice tirando de ese hilo durante un rato, poco a poco. Porque, al final de ese hilo, está ÉL. Y no tiene porque ser un proceso que dure mucho tiempo, de hecho probablemente será poco, ¿y sabes por qué? Porque ÉL también está tirando desde el otro extremo"
Aunque el consejo era para una amiga, y yo no creo mucho en esas cosas, respeto a quien lo haga pero en general, me parecen tonterías, pues me lo acabé aplicando porque oye, por probar... Ya me ha salido tantas veces mal que no está de más intentar alguna práctica alternativa. Así, durante tres noches, antes de dormirme, me imaginaba en medio de un bosque desierto y nebuloso (no me preguntéis por qué), con mi ovillo bajo el brazo y tirando del hilo. Y, sea por el ovillo, el destino o casualidades de la vida, algo está pasando...
Tal vez he tirado demasiado fuerte del hilo (aunque procuré que no), pero a falta de una, ahora me encuentro entre dos situaciones. En la primera hay un evidente tonteo y está bien, pero noto falta de química. Bueno, no se si de química, o de algo. Lo bueno del tonteo es que mola, lo malo es que sólo se dicen chorradas. A veces creo que tengo el maldito poder de transformar a hombres serios y decentes en auténticos memos. Y la segunda situación, bueno, no se ni siquiera si es una situación, o simplemente una amistad, o qué... El problema es que, cómo no (de nuevo, la historia de mi vida) es en esta situación menos clara en la que sí que siento la chispa, en la que tengo ilusión, en la que se me pone una sonrisa de tonta. Ahí hay conversaciones más adultas, hay cine, hay poesía, hay reflexiones filosóficas... Pero no hay nada más. Y creo que me estoy pillando. Ninguna de las situaciones es ideal, pero me parece que tengo claro con cual me siento más a gusto y feliz. Que, como digo, es la que menos posibilidades tiene de acabar en nada. Así que estoy planteándome qué hace con el ovillo. ¿No dicen eso de 'cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir'? No se seguir tirando del hilo, o directamente cortarlo, porque sinceramente, tengo miedo de lo que pueda encontrarme al final...
"...prenderé fuego al colchón que reventó nuestros otoños.
Porque no existen tumbas de dos, porque el adiós se siente en vena,
amamos lo que perdimos, queremos lo que envenena
y así nunca nos salen las cuentas"
Porque no existen tumbas de dos, porque el adiós se siente en vena,
amamos lo que perdimos, queremos lo que envenena
y así nunca nos salen las cuentas"
O puede que simplemente esté cansada, y no me apetezca volver a complicarme la vida. Yo sólo quiero que me llegue un mail importantísimo que estoy esperando desde Berlín y que me tiene los nervios de punta. Quiero que lleguen ya las vacaciones para irme de conciertos, de fiesta o tocar la guitarra sin pensar en el día siguiente. Y para irme al viajazo que tengo planeado :) Quiero estar tranquila, eso es todo.