domingo, 15 de febrero de 2015

Berlín (II)


Hace un frío congelador. Y al sol le cuesta aguantar más de unas horas; eso cuando logra salir. Y anochece a las 17h. Y se echa de menos la dieta mediterránea. 

Pero también puedes caminar sobre y bajo la nieve. Y de noche es igual o más bonita que de día. Y todo el mundo sonríe, mucho. Y puedes hacer lo que quieras, que nadie te va a mirar raro. Y puedes salir de fiesta solo o acompañado; toda la noche; todos los días. Y emborracharte sin sentirte culpable. Y el metro, allí sí que sí, vuela. Y tiene una iglesia rota por arriba y por dentro; y enfrente, se comen las mejores hamburguesas del mundo. Y siempre que te pierdas, puedes buscar la Torre de la Televisión y orientarte. Y tiene un museo del cine precioso, y un festival de cine genial. 

Y joder, que es una de las malditas ciudades más maravillosas del mundo. 


Vuelvo de Berlín con las fuerzas renovadas para enfrentarme a lo de aquí... o eso espero... Y con el próximo viaje, en solo 3 semanas, en el horizonte...