lunes, 10 de junio de 2019

Turn your back


 El sábado fui a la boda de una de mis mejores amigas con un vestido que tenía en el armario sin estrenar desde 2012. Lo compré para una ocasión a la que finalmente, nunca acudí, y puede parecer una tontería, pero ese vestido, ahí estancado, representaba una década de desengaños amorosos, de desencanto, de falsedades, de no saber lo que eran sentimientos auténticos ni vivir una relación real. Aunque parezca mentira, hasta justo 7 años después no había tenido ocasión de ponérmelo. Tanto que casi me había olvidado de él. Pero cuando mis amigos empezaron a anunciar compromisos, recordé que lo tenía y que, si aún me valía (que resultó que sí!), merecía la pena rescatarlo en cuanto tuviera la oportunidad. Y con ello, dar la espalda (una espalda preciosa, por cierto), ya definitivamente, a todo un ciclo, a muchos malos recuerdos y malas experiencias. Como dije ese mismo 2012 refiriéndome a Bélgica, sabía que algún día, este vestido sería apreciado sobre mi por la persona correcta; y finalmente todo se ha cumplido. ¿Se puede pedir más?



Pues sí, porque la próxima vez que me ponga tan elegante, será en 5 meses para vestirme de novia :) Comienza la cuenta atrás!