Porque nadie quiere pasarlo mal, pero todos queremos a alguien que nos lo haga pasar mal. Porque a veces nos gustaría ser fríos e indiferentes, aunque en el fondo sabemos que es mejor sentir algo, aunque sea dolor, que no sentir nada. Porque forma parte de nuestra naturaleza el querer lo que no tenemos. Porque a veces no sabemos si reír, llorar, tener miedo, o todo a la vez. Por todo esto y mucho más...
Unha vez tiven un cravo
cravado no corazón,
i eu non me acordo xa se era aquel cravo
de ouro, de ferro ou de amor.
Soio sei que me fixo un mal tan fondo,
que tanto me atormentóu,
que eu día e noite sin cesar choraba
cal choróu Madalena na Pasión.
“Señor, que todo o podedes
-pedínlle unha vez a Dios-,
dáime valor para arrincar dun golpe
cravo de tal condición”.
E doumo Dios, arrinquéino.
Mais…¿quén pensara…? Despois
xa non sentín máis tormentos
nin soupen qué era delor;
soupen só que non sei qué me faltaba
en donde o cravo faltóu,
e seica..., seica tiven soidades
daquela pena…¡Bon Dios!
Este barro mortal que envolve o esprito
¡quén o entenderá, Señor!…
Una vez tuve un clavo
clavado en el corazón,
y yo no me acuerdo ya si era aquel clavo
de oro, de hierro o de amor.
Sólo sé que me hizo un mal tan hondo,
que tanto me atormentó,
que yo día y noche sin cesar lloraba
cual lloró Magdalena en la Pasión.
"Señor, que todo lo puedes
-pedile una vez a Dios-,
dame valor para arrancar de un golpe
clavo de tal condición."
Y diómelo Dios, arranquelo.
Pero... ¿quién pensara?... Después
ya no sentí más tormentos
ni supe qué era dolor;
supe sólo que no sé qué me faltaba
en donde el clavo faltó,
y tal vez... tal vez tuve soledades
de aquella pena... ¡Buen Dios!
Este barro mortal que envuelve el espíritu,
¡quién lo entenderá, Señor!...
("Unha vez tiven un cravo / Una vez tuve un clavo", Rosalía de Castro, Follas novas, 1880)
Un clavo saca otro clavo, o eso dicen. Y aunque nunca me ha gustado esa idea, al final todos acabamos poniendo un parche sobre otro para curar las heridas profundas, en lugar de retirar el parche usado y dejar que la herida se cure sola (y más rápido) al aire. Vamos, dejando las metáforas, que a todos nos hace gracia sentirnos "gustados" por otros, y por eso caemos una y otra vez en las mismas tonterías, y nos sentimos vacíos cuando eso no pasa...