- ¿Estás dormido? No, sabía que no lo estabas. He decidido venir a verte para decirte cómo están las cosas. No está bien que estés aquí. Pero es muchísimo peor que no estés aquí... Lejos de mí.
-¿Qué vamos a hacer?
- Sólo tenemos dos posibilidades. Puedo decirte ''Vete enseguida'' o... ''Ven a mis brazos''.
-¿Crees que las dos son malas?... Yo también estoy asustado. Temo que todo esto se me escape. Siempre es así. Siempre ha sido así.
Gracias por el mes más bonito del mundo, y por regalarme una última despedida inesperada. Te echaré de menos igual, pero tengo fuerzas para aguantar lo que venga.
¿Qué será de nuestro maravilloso futuro?
