The fault in our stars

Men at some time are masters of their fates;
The fault, dear Brutus, is not in our stars,
But in ourselves, that we are underlings.

Tener que pasar por un primer semestre del año de extremos, de lo peor a lo mejor, de dejar de querer y perder a quien más querías y menos deseabas perder, a conseguir objetivos inesperados; todo para encontrarte en el mismo punto que todos los malditos veranos. Disfrutadlo aquellos que podáis. 


You don’t get to choose if you get hurt in this world, but you do have some say in who hurts you. I like my choices. I hope she likes hers.

Un lugar en el mundo

Y saber que hay un lugar en el mundo... al que volverías sin pensarlo ni un segundo... 

...

y te quedarías. 


(Foto: anochecer en Hydra)

Crepúsculo

Hemos perdido aun este crepúsculo. 
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas 
mientras la noche azul caía sobre el mundo. 

He visto desde mi ventana 
la fiesta del poniente en los cerros lejanos. 

A veces como una moneda 
se encendía un pedazo de sol entre mis manos. 

Yo te recordaba con el alma apretada 
de esa tristeza que tú me conoces. 

Entonces, ¿dónde estabas? 
¿Entre qué gentes? 
¿Diciendo qué palabras? 
¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe 
cuando me siento triste, y te siento lejana? 

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, 
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa. 

Siempre, siempre te alejas en las tardes 
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas. 

(Poema X, Pablo Neruda, 20 poemas de amor y una canción desesperada)

Foto: atardecer en Cabo Sunion, Grecia. 

La extranjera sensación

Fue aquella ciudad la que elegí
para pasar de largo este año que
necesito olvidar,
no creía que fuera tan duro aceptar
una nueva realidad.
Aunque solo sea hoy, reconozco que es así.

Fue en esa ciudad donde descubrí
que el dolor es una incómoda sensación,
que te sigue donde vas,
te hace regresar al principio, y crees
que alguien se ha quedado atrás,
que no hay tiempo para más, y te tienes que rendir. 

Voy descubriendo que nada es eterno, 
olvido actuar como alguien sincero,
pierdo esperanzas, pero aún te espero,
y cierro los ojos sin más,
intento imaginar la mejor manera de escapar.

En esa ciudad descubrí
que nada se detiene, y siendo así 
es inútil preguntar,
solo tengo que resignarme a olvidar, 
suficientes quejas quedan,
me pueden entretener si me pongo a recordar... 

Esa ciudad era a la que planeaba irme, y de haberlo hecho no le hubiera conocido... Pero me quedé para poder dedicarme a lo que amo, y eso por fin está dando sus frutos. No hay mal que por bien no venga. Y supongo que compensa muchas cosas.


Insisto en que la suerte viene y se va, todo forma parte de la extranjera sensación... He decidido que estaré aquí hasta verte aparecer, que a nadie más quiero esperar... Y tu decides que te vas, cada día un poco más, tan lejos para que al final nadie más te pueda encontrar... 

Recuerdo

[...] No te quedes a verme llorar
que no quiero mojarte 
y que mueras de frío.
No te quedes a verme llorar 
si no vas a besarme los ojos
y ahogarte conmigo.

No me rompas el pelo
que desde que te quiero nunca me peino, 
y si ahora te marchas
tendré que volver a encontrarme en el espejo,
y yo solo quiero mirarme en tus ojos. 

No vuelvas contra mi 
todos los motivos que inventaste para quererme
como si fueras una suicida por amor,
que el romanticismo está hecho
para los que tienen el corazón roto [...]

No me empujes al precipicio
y me preguntes con voz rota
si te prefiero a ti o a los puentes,
no me beses si no vas a volver,
no te vayas si no vas a girarte mientras lo haces,
no te quedes si tu vida es un camino de huida y vuelta [...]

No me duelas si no vas a curarte.

Yo no quiero que me eches de menos, quiero que me pienses tanto que no sepas lo que es tenerme ausente. 


(Extractos de los poemas "Camino de huida y vuelta" y "Yo no quiero ser recuerdo", de Elvira Sastre)

Para escribir otro final

Cómo cuesta decir "se acabó",
aunque no pares de pensarlo 
Mira que la vida
mientras tanto va pasando 

Antes de que asome el rencor,
antes que reine la culpa 
es mejor decir adiós, 
hasta luego o hasta nunca...


Y aunque no se mentir, te digo que estoy bien, 
el tiempo ya no juega a mi favor para escribir otro final a esta canción.


Hubo un tiempo en el que el mundo se movía y mi cuerpo respondía.