lunes, 7 de junio de 2021

En la cuerda fuerte


¡Feliz año y esas cosas! Muchos meses sin pasar por aquí, pero he estado muy ocupada... gestando a una nueva personita! Todo este tiempo he intentado seguir haciendo toda la vida normal que tanto el embarazo (que está siendo estupendo) como la pandemia me han dejado, y eso por supuesto, incluye los conciertos, una de las muchas partes de nuestras vidas que quedaron paralizadas el año pasado... 

Hacía más de dos años que no veía a Second, mi grupo favorito, en directo. Cuando me enteré de los que iban a hacer en Madrid de despedida de la gira de su último disco, "Anillos y raíces", pensé que al estar de 8 meses, no estaría yo para esos trotes. Pero al ver, como decía, que me encontraba perfectamente (dentro de las circunstancias), no quise finalmente perderme el acontecimiento, más aún después de la pandemia, y vivir la experiencia de una manera diferente: ya no como una veinteañera sin rumbo, sino como mujer con una vida estable, casada y casi madre. El cierre de una gira que para mi supone el cierre definitivo de una etapa de la vida. Y no pudo ser mejor decisión.

 "Anillos y raíces" no solo remonta tras la leve decepción que supuso el anterior "Viaje iniciático" (en cuya gira por supuesto también estuvimos igualmente, incluso llegando a verles también en Barcelona), sino que vuelve a sus inicios con unas melodías y sonidos que remiten al maravilloso "Fracciones de un segundo", siendo su mejor disco con diferencia en años. Y el concierto fue igualmente uno de los mejores en los que hemos estado de ellos: las versiones acústicas de todas las canciones fueron sublimes, destacando los emocionantes momentos de Invierno dulceTeatro infinito (del último disco, la cual podría estar en mi top 3 de sus canciones fácilmente) o Todas las cosas, en la cual estuvieron acompañados del grupo gospel Belter Souls, que también intervinieron en otros temas, siendo uno de los puntos fuertes de la tarde. De lo más íntimo a lo más energético, la banda nos regaló a sus fans dos horas inolvidables que nos hicieron volver al pasado (empezar con Conocerte ya fue un regalo máximo) desde el presente y disfrutar como lo llevamos haciendo en estos casi 10 años de emociones con mi mejor compañera de conciertos, y la nueva incorporación de mi hijo :)

...Tuvimos un intento, y luego hubo dos
Y al final se desbordó
Y la trama fue impredecible
Eso es lo más interesante de ti
No saber lo que va a ocurrir
Eso es lo más emocionante de andar
Contigo en la cuerda fuerte...

Ya nada volverá a ser igual, ni siquiera los conciertos, y quiero pensar que todo será para mejor... 

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Sentimientos encontrados

Después de un verano muy malo, estoy en una etapa muy bonita, muy feliz, pero reconozco que algunas de las cosas que me desestabilizaron hace meses siguen ahí. Ahora, con el resto de mi vida en equilibrio (que no en orden, ahora mismo todo es un caos absoluto!), soy capaz de gestionarlo mejor y no dejar que la negatividad se apodere de todo; pero a veces, hay momentos de pena, en los que el desinterés es tan palpable que es inevitable verlo todo negro. Y es que una piensa que en determinados momentos clave de su existencia, algunas personas van a estar seguro a tu lado, pero la realidad siempre puede sorprender (en este caso, para mal). Y veo que todo lo que llevo sintiendo este año sigue siendo igual, lo único que ha cambiado es mi actitud ante ello, que no es poco. 

No compensa pasarlo mal cuando las cosas van bien y tienes ante ti un camino, cuanto menos, interesante.

jueves, 8 de octubre de 2020

Incertidumbre


"[...] Peor que estar medio cerrado (mejor eso que el tremendista "confinado") es pasar 

meses pensando que a lo mejor mañana te cierran. El mañana se ha convertido en 

un lugar ominoso.

Porque seamos sinceros: llevamos preparándonos meses para esto hasta caer en una suerte de indefensión aprendida, tecnicismo psicológico de resignación. Mejor dicho, llevan meses preparándonos los agoreros que ya desde que los niños salieron a la calle a finales de abril, amenazaban con que tarde o temprano habría que dar vuelta atrás. Y por eso mismo, mejor antes que después. [...]

Nadie parece haberse parado a pensar en hacer esta situación más tolerable (y no será porque no se ha advertido su impacto sobre la salud mental). No solo eso, sino que las administraciones, entre peleas políticas y argumentos técnicos (que nunca salen del reduccionista eje salud-economía que deja fuera multitud de externalidades sociales), parecen empeñados en hacernos la vida peor. [...]

Supongo que es de primero de divulgación científica, pero pocas cosas resultan más agotadoras que el horizonte vacío, no saber exactamente qué ocurrirá a la hora siguiente, sobre todo cuando cada decisión es un sacrificio más (el trabajo siempre sale adelante, como los dinosaurios de 'Parque jurásico'). No hay planes, no hay ilusiones, no hay expectativas. A los gurús les encantará que estemos aprendiendo a vivir en la incertidumbre a base de golpes, pero no es lo mismo la incertidumbre de poder decidir con tu tiempo y dinero qué vas a hacer el próximo año que la de vivir a merced de los vientos políticos y epidémicos."

(Nada de lo que pudiera escribir describiría tan bien lo que siento como lo hace Héctor G. Barnés en su artículo para El Confidencial El luto perpetuo en la única vacuna que hemos encontrado para el coronavirus)

Como si el 2020 no hubiese sido lo bastante duro ya, parece que en este último tramo nos quieren volver aún más locos. Hasta ahora lo he llevado bien, pero con los cumpleaños, las vacaciones y el aniversario de boda a la vuelta de la esquina, la incertidumbre me ha caído encima como una losa. 

lunes, 7 de septiembre de 2020

The end of the world (as we know it)

 

Hay días que, sin más necesitas escribir, aunque solo sea soltar palabras, y hoy es uno de eso...

Ha sido un verano muy malo a nivel emocional, como he escrito en posts anteriores, me he sentido muy sola, eso nada lo va a cambiar, pero pese a que en su momento todos los problemas me parecían un mundo, hace falta un buen mazazo de realidad, aunque sea colateral (por suerte no ha sido nada directo, pero sí muy cercano) para que relativices todo. Mis problemas son míos y para mí son importantes, pero también hay que reconocer que hay batallas que se pueden luchas y ganarse, y en esos casos hay que ser fuertes y hacerlo; intentar vivir lo mejor posible y ser felices con lo que tenemos. Disfrutemos hasta entonces, porque si algo nos ha enseñado este 2020 es que ya llegarán momentos en los que todo te pase por encima y no puedas hacer nada por evitarlo. En los que el mundo, tal y como lo conocíamos, se acabe para siempre. 

jueves, 27 de agosto de 2020

Todo lo que nunca fuimos


Supongo que es imposible saber cómo gestionar una emoción hasta que esta te sacude y la vives en tu propia piel. De haberme preguntado tiempo atrás, hubiese respondido que yo era fuerte, que afrontaría el proceso de duelo dentro de la normalidad, que ni por asomo llegaría a convertirme en un fantasma que apenas hablaba y se paseaba de un lado a otro con los auriculares puestos y viendo el mundo en blanco y negro. 

Pero a veces nos equivocamos. Nos caemos. 

A veces no nos conocemos tanto como creemos. 

A veces…, a veces la vida es tan imprevisible…

(fragmento del libro Todo lo que nunca fuimos, de Alice Kellen)


Yo tampoco pensé nunca que sería esa persona que huiría y se escondería para no dejarse hacer daño. La que construiría una coraza (que aún a veces se resquebraja y vuelve a dejar paso a la tristeza), y que en vez de gestionar el duelo por algo que aún no he perdido, le daría la espalda. La que se insensibilizaría hasta el punto de parecer desinteresada y egoísta. Hay muchas cosas que nunca creemos que seremos, y hasta que no llega una situación crítica no ves la verdadera cara de la gente, ni siquiera la tuya propia. Y puede que no te guste lo que descubras, pero es cierto que, aunque la vida sea imprevisible, también es única, por lo que es necesario luchar y creer en uno mismo para no perderse del todo en la toxicidad imperante. 

domingo, 16 de agosto de 2020

Disfruta ahora


“Hola. Soy el futuro y vengo a decirte que disfrutes ahora. Disfruta ahora, porque dentro de 9 meses, lo que dura un embarazo, es decir, lo que tarda en gestarse un ciclo de vida, todo habrá cambiado.

Disfruta ahora de los besos y los abrazos, porque el año que viene vendrá una pandemia mundial que nos tendrá meses encerrados, y cuando por fin podamos volver a salir, las distancias sociales de seguridad serán tajantes. Sí sí, es verdad, no es el argumento de ninguna película. Disfruta ahora de la felicidad de estar rodeada con todos a los que quieres, porque dentro de unos meses la relación con algunos de ellos cambiará y se distanciará… A algunos quizás no les vuelvas a ver desde este día. Otros te darán malas noticias o pasarán por rachas muy duras.

Disfruta ahora pensando que en dos días te vas al viaje de tu vida, porque tus planes de salir de España (o incluso de Madrid) para el año que viene van a quedarse reducidos a la nada, no solo por la pandemia. Y es que la dificultad para poder encajar las vacaciones con tu ya marido se unirá a una sobrecarga de trabajo potenciada por una mala organización de tu empresa, provocando un estrés que afectará a todos los aspectos de tu vida.

Disfruta ahora de la seguridad de tener las cosas claras, porque el próximo mes comenzará a crecer en ti un instinto que no creías que tuvieras, y que irá madurando y cambiando la manera que tenías de afrontar la vida y el futuro. Esto no es malo en sí, pero sí extraño y desestabilizador.

 Por supuesto, siempre hay cosas buenas: sigues igual de enamorada y tu marido es la mejor persona del mundo, y encima desde el encierro, pasáis casi todo el tiempo juntos, cosa que antes os faltaba. Tu familia está sana, y hay algunos amigos a los que les han pasado cosas buenas.  Pero tú por si acaso… Disfruta ahora”

Foto: Hace nueve meses, en el comedor el día de nuestra boda. La felicidad previa a la tormenta. 

 

viernes, 14 de agosto de 2020

Desconectar, para reconectar


He oído hablar mucho en redes sociales de esto. Hace unos días, os hablaba de los problemas que tenía con algunas personas de mi entorno, y eso me ha llevado a tomar una decisión, que para mí es bastante drástica... 

Estoy pasando por una mala época, y hay situaciones y actitudes que no hacen más que potenciar mi estrés y ansiedad, y por ello he decidido alejarme de ellas, lo cual me aleja también de muchas personas. Obviamente, empezó como una rabieta, un grito de ayuda, una llamada de atención, más que una intención real de alejamiento, pero vistas las reacciones, la verdad es que puede ser que esto se vuelva más duradero. Quien no me quiera en su vida (o me quiera mal), por supuesto no estará ahí ni para lo bueno, ni para lo malo, como estoy viendo. No me agobio tratando de entablar conversaciones que no van a ninguna parte, ni proponiendo planes que van a ser rechazados ni respondiendo a los hipotéticos o los que no cuentan con nuestra disponibilidad. Echo muchísimo de menos relacionarme (la situación actual para quedar tampoco ayuda, es cierto, pero incluso socializar a distancia), pero supongo que todo esto también es un aprendizaje para disfrutar de mi propio tiempo libre, aunque sea solo yo o con mi marido. He vuelto a leer, escribir, escuchar mucha música, probar maquillajes y recetas, o ver muchas películas, eso siempre.

Estoy triste, claro, es una situación que me he visto obligada a forzar pero que yo nunca hubiese elegido voluntariamente. Pero permitirse sentir, aunque sea tristeza, es parte de este proceso. Espero estar haciéndolo bien, o al menos aprender en el camino, a encontrar una calma interna que me hace mucha falta. Para reconectar conmigo, e incluso con los demás, aunque sea de manera diferente.