sábado, 24 de julio de 2010

Getting too old for this stuff...

Antes, podía salir una noche entera, pillarme una borrachera increíble, y, al día siguiente, como una rosa, pasarme el día por ahí haciendo cualquier otro plan, o incluso volver a salir. Ahora, si hago eso me levanto con una resaca mortal que me deja anulada para todo el día, y sólo de pensar en hacer cualquier cosa que no sea ir de la cama al sofá me da algo. Y por supuesto salir dos días seguidos ya es una hazaña casi imposible...

Antes, podía pasarme la tarde y la noche en un concierto largo, de pie, haciendo cola, esperando a que empezara, y saltando una y otra vez con todas las canciones hasta que el corazón se me saliera del pecho, y al día siguiente, irme a clase o a trabajar sin mayor problema. Ahora, si hago eso a duras penas aguanto el concierto, aunque lo hago, con dolor de espalda y de piernas pero lo hago, pero luego me paso tres días como si me hubieran dado una paliza, con agujetas por todo el cuerpo...

Antes, podía pasar la tarde-noche con mis amigos cenando solamente patatas y demás guarrerías varias, y llegar a casa con más hambre aún. Ahora, si hago eso, me paso el resto de la noche hinchada y encontrándome fatal. Mi estómago, ya de por si bastante sensible, no resiste ya esos excesos...

La conclusión es: I'm to old for this stuff. Soy muy mayor para estas cosas. Con casi un cuarto de siglo de edad, ya se que hay cosas que ya no puedo, o que me cuesta mucho más hacer. Pero también soy muy joven para otras. Y ayer, mientras hacíamos planes para el futuro y pensábamos en las cosas que están por venir (mientras nos comíamos unos deliciosos helados de Alboraya, la mejor heladería de Madrid!), me di cuenta de que, aunque ahora mismo no esté todo muy bien y el presente sea más bien sieso, el futuro puede guardarnos cosas muy interesantes, algunas que ni nos esperamos... Y lo único que podemos hacer es esperar pacientes a que la vida nos sorprenda de nuevo.

Cuidado con lo que deseas; puede hacerse realidad...

Foto: ayer junto al lago del Palacio de Cristal del Retiro. Uno de mis lugares favoritos de Madrid, al que hacía muchísimo que no iba, y lo necesitaba, para que comenzara a traerme nuevos (y buenos) recuerdos...


***Y mientras hablábamos (entre partida y partida de palo y de Scatergories) de los deseos, de la Mano de Mono, del Efecto Mariposa, y de la Teoría de los Muchos Mundos, mi amigo Rubén descubrió lo que seríamos en el universo paralelo más improbable posible: él, presidente de Estados Unidos, nuestra amiga Paula, la primera mujer en pisa la luna, y yo... después de pensarlo mucho, lo más imposible que se lo ocurrió para mi fue, fallera mayor!!!jajajaja con mi miedo a los petardos, la verdad es que no iba desencaminado jejejeje.

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