
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.
(La tierra giró para acercarnos, Eugenio Montejo)
Para acercarnos... y para alejarnos. Por lo menos tengo una cosa clara: no va a haber una tercera vez. Lo juro. Prefiero pasarme toda la vida sola antes de que eso pase.
"No hay sitio donde no pueda ir, mi mente está embarrada, pero hoy tengo un peso en el corazón. Pierdo la pista que me pierde, así que, ahi voy...
No estoy pidiendo otra oportunidad, grité desde lo hondo de mi voz. Dame una razón, por favor no me des una opción, porque cometeré el mismo error.
Doy vueltas en mis sábanas, una vez más, no puedo dormir, doy una vuelta en la calle, para mirar las estrellas. Las estrellas cayendo, y me pregunto donde, donde me equivoqué"
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