“Cidade
triste e alegre, outra vez sonho aqui...
Outra vez te revejo,
Com o coração mais longínquo, a alma menos minha...”
Outra vez te revejo,
Com o coração mais longínquo, a alma menos minha...”
Coger
un tranvía antiguo que te suba por callejuelas estrechas de Alfama. Tomarse
algo en una terraza del mirador de Largo das Portas do Sol. Contemplar las
maravillosas vistas desde el Castillo de San Jorge al atardecer. Cenar en un
restaurante del Bairro Alto a la luz de la velas mientras oyes cantar fados.
Pasear por las calles del Chiado de noche. Y de día. Subir a los pies del
Cristo Rei y ver las impresionantes vistas de la ciudad y del Puente 25 de
Abril desde el otro lado del río. Comer en una terraza del puerto de Cacilhas.
Pasear desde Rossio hasta la Plaza del Comercio por la Rua Augusta. Sentarte
dentro de uno de los torreones de la Torre de Belem. Comer bacalao con nada,
paté de sadinas, y baba de camello. Pasear por el Parque Fernando VII y
sentarte a contemplar desde arriba toda la ciudad y el río. Esto, y mucho
más... es Lisboa.
Y de
recuerdo me traigo tres mermeladas de cereza que cogí del hotel, un
marcapáginas de girasoles que me compró de sorpresa mi amigo Rubén porque sabe
que me encantan^^, montones de sabores y de olores, algún kilo de más, la vista
del mar, la luna y los barcos como dentro de un cuadro de Martín Rico, cientos de
fotazas everywhere, ganas de escribir, y momentos que ni las fotos pueden
captar, ni las palabras describir. Lo hemos pasado genial, y nos hemos reído
tanto... Todos mis viajes a Lisboa han sido buenos, pero diría que este ha sido
el mejor.
Lisboa
querida, sigues tan bonita como siempre o más. No se que tienes pero me
encantas. Siempre infravalorada, siempre pasando desapercibida. Poética.
Meláncolica. Romántica. Inspiradora. Hermosa. Musical. Alegre y meláncolica a
la vez. Ojalá todo el mundo te descubriera y te viera con los mismo ojos que
yo. Entonces, como yo, se enamorarían de ti. Acabo de volver, y ya te echo de
menos.
“Y es
que a veces la distancia no se mide en kilómetros...”
“Outra
vez te revejo — Lisboa e Tejo e tudo —,
Transeunte inútil de ti e de mim,
Estrangeiro aqui como em toda a parte,
Casual na vida como na alma,
Fantasma a errar em salas de recordações,
Ao ruído dos ratos e das tábuas que rangem
No castelo maldito de ter que viver...”
Transeunte inútil de ti e de mim,
Estrangeiro aqui como em toda a parte,
Casual na vida como na alma,
Fantasma a errar em salas de recordações,
Ao ruído dos ratos e das tábuas que rangem
No castelo maldito de ter que viver...”
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