"Aunque no resulte, aunque sea inútil.
Ya no necesito Dios, y me falta amor
Puta vida esta la que me tocó.
Ahora necesito un cambio.
Te juro que no puedo más pero me da igual,
Ya no necesito Dios, y me falta amor
Puta vida esta la que me tocó.
Ahora necesito un cambio.
Te juro que no puedo más pero me da igual,
sólo me dura un segundo.
Luego vuelves a atacar, y me pides paz,
yo me creo el rey del mundo.
Vete, ya no puedo más, déjame ya en paz
O quiéreme tanto como para sellar
Necesito gas, reina de mis miedos
Dime la verdad, dime que yo ahora
ya no necesito un cambio..."
Luego vuelves a atacar, y me pides paz,
yo me creo el rey del mundo.
Vete, ya no puedo más, déjame ya en paz
O quiéreme tanto como para sellar
Necesito gas, reina de mis miedos
Dime la verdad, dime que yo ahora
ya no necesito un cambio..."
En el parque de El Presidio de San Francisco, a la izquierda del Golden Gate, uno puede contemplar la bahía sur, el Océano Pacífico y la Recreation Area. Para mí, la vistas más hermosas que he visto jamás. Cuando la vida se vuelva muy puta (que muchas veces lo es) pensaré en esos momentos, en esos días en los que me sentí la reina del mundo, la más feliz y más rica.
"...Y ahora coge sus tacones y la noche empieza a arder"
Los señoritos Supersubmarina casi me han hecho llorar esta noche en el primer concierto suyo al que he ido con "LN Granada" o "De las dudas infinitas", pero les perdono por lo encantadores y profesionales que han sido. Con gente así da gusto. Se que no será mi único ni mi último concierto de ellos, habrá más y mejores, y ya estoy deseando que lleguen.
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