El futuro no puedes controlar,
te sorprende para bien, para mal
y al doblar la esquina puede cambiar
tu destino, tu forma de pensar.
Convertirlo todo en algo especial,
darte eso que no puedes comprar,
o fundirse en negro y ser tu final,
perseguirte como una enfermedad.
Aún recuerdo esa mirada, nadie me ha mirado igual...
Perdedores desdichados sin más,
somos héroes de la noche al final.
Mala suerte se podría decir,
pero yo daré la vida por ti.
No hay lugar donde me pueda esconder,
y hoy la muerte se muere de sed.
Ya da igual lo que me pueda ocurrir,
pero no lo que te pueda pasar.
Aún recuerdo esa mirada, nadie me ha mirado igual...
Cada momento hay que apreciarlo,
cada segundo es vital,
se nos escapa entre las manos
lo importante lo esencial.
La moneda en el aire... puede ser que esta vez salga bien.
Estuvimos a punto tantas veces y no pudo ser.
Empezando de nuevo. Como siempre. De momento, nuevo look, nuevo viaje a la vista (San Sebastián en 10 días!) y muchísimo que escribir. Y sorprendentemente tranquila, como hacía tiempo que no.
El tiempo que pasamos juntos fue lo mejor, fue lo mejor que me ha pasado. Todas las tardes robadas fueron lo mejor, todas parecían de piernas, de cine... Los veranos trabajando se hacían tan cortos y nuestras despedidas, se hacían tan largas... No podía dejarte, dejar de besarte, y todo el mundo decía "Despierta, deja ya de soñar". No quería que ocurriera y me pasaba cada noche escribiendo en mi diario los secretos que algún día esperaba que leyeras a escondidas en mi cuarto...
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