Me voy a dejar llevar

"Fue soplar las velas y en ese apagón vi pasar mi vida y aunque me gustó, deja que te pida si tu me permites, contigo me voy..."

Ayer me dijo una compañera del trabajo: "27 años. Eres un bebé". Este año mi cumpleaños no me ha pillado con el ánimo demasiado positivo. Qué se le va a hacer, no se puede estar feliz todo el tiempo. Pero por lo menos anima que te recuerden que, aunque a veces parezca que llevas todo el peso del mundo a cuestas, aún eres muy joven; y que tienes todo el tiempo del mundo para hacer lo que te de la gana.

Estoy muy emocionada por todas felicitaciones que me han ido llegando desde todas partes y en todos los idiomas. Sobre todo las de mi familia y mis dos mejores amigos que me quedan en Madrid, Gema y Rubén, que no se han podido portar mejor. Y especialmente de mis compañeras de trabajo, que son de las mejores personas que conozco y siempre me cuidan tanto. Son más mayores, pero gracias a ello, me ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva y siempre me dan los mejores consejos. También ha habido felicitaciones desde Barcelona, Valencia y Menorca. Y desde Francia, Inglaterra, Escocia y Holanda. Felicitaciones de mis amigos y conocidos de Alemania, que me hace una ilusión enorme. Felicitaciones de amigos de amigos. Felicitaciones de compañeros del curso de crítica que conocí el año pasado, y de gente a la que conocí hace dos años en el Festival de Cine Alemán. Incluso felicitaciones de gente con la que sólo tengo relación por el mundo bloggero-twittero cinéfilo. Gracias a todos, y sobre todo a aquellos que no tenía ningún interés en que me felicitaran, y gracias a Dios no lo han hecho y no me han fastidiado el día (como suele ser su costumbre).

La de cosas que pasan en un año.Cómo cambia la vida en ese tiempo. Y lo rápido que se va. Veremos dentro de un año dónde estamos. Prometo en estos 27 seguir mis instintos y dejarme llevar donde la vida quiera.

"Ya no te veo en cualquier cielo gris, ya diferencio colores..."