martes, 5 de abril de 2016

En la sangre



- ¿Tienes prisa?

- Sí. Estoy deseando ser tu mujer y quedarme sola contigo, y no oír más voz que la tuya.

- ¡Eso quiero yo!

- Y no ver más que tus ojos. Y que me abrazaras tan fuerte, que aunque me llamara mi madre, que está muerta, no me pudiera despegar de ti. 

- Yo tengo fuerza en los brazos. Te voy a abrazar cuarenta años seguidos. 

(Bodas de Sangre, Federico García Loca)

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