miércoles, 26 de octubre de 2011

Cuéntame...

"Déjame ver, actúas cual ermitaño,
como si fuera un extraño del que no quieres saber.
Explícame, como lo hicieras antaño,
donde confesabas sin dudar tu alegría y tu pesar.

Acércate y acortemos la distancia
que hace algún tiempo separa esta antigua amistad.
Concédeme tu voto de confianza
y vuelve a regalarme tu insultante sinceridad..."

"Pues pasa...". Como si fuera tan fácil pasar. Ni QUIERO, ni PUEDO. ¿Por qué, por qué debo simplemente aceptar que las cosas se terminen? Lo peor es no saber que he hecho, y por qué parece que todo el mundo se va de mi lado. Se me quitan las ganas de conocer gente, o de intentar mantener a los que ya están. Porque, ¿de qué sirve? ¿O es que acaso me creo que puedo engañar al destino? Cuando las cosas de tienen que acabar, se acaban, por mucho que uno no quiera o luche porque no sea así. Y mucho más si se lucha solo. Por si no te diste cuenta, cambiaste mi vida. Para bien. Me hiciste feliz, mucho más feliz que otra gente en mucho tiempo. Tonta de mi, pensaba que eso nunca cambiaría. Al final, todo lo que hemos vivido (que ha sido mucho) se quedará en un lejano recuerdo. Me dan ganas de llorar...


"Algún instante que poder recuperar, sólo un segundo donde estemos juntos, que nos lleve a otro final... Yo echo de menos nuestras risas que aún a veces logro recordar..."


"Y dime al menos que estás mintiendo y que esto llegó a su fin. Desde hace un tiempo que estamos lejos aunque esté junto a tí..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario