lunes, 1 de febrero de 2010

Mañana no, HOY

Puede que este sea el post más personal que he escrito (y eso es mucho teniendo en cuenta que este blog ya es muy personal de por si):

Todo empezó el viernes por la noche, cuando quedé para cenar con mis amigas, y empezamos con el cachondeo de que a una de ellas le queda nada y menos para cumplir 25 años. 25. Los mismos que cumpliré yo este año. Es un cuarto de siglo, e impone. Sobre todo porque ya va siendo una edad (por mucho que te digan que aún eres joven, cada vez lo eres menos) y se supone que ya tienes más o menos la vida encarrilada. O eso es lo que me hubiese gustado. Pero me puse a pensar y la verdad que, con mi edad, ¿qué es lo que tengo? Nada. Bueno vale, tengo una carrera, aunque con mi carrera sólo no se hace nada; y por tanto no tengo trabajo, ni lo tendré de lo mio por lo menos hasta dentro de un tiempo; ni tengo una relación, ni perspectivas de tenerla, que no es que a esta edad me hubiese imaginado ya casada y con hijos, pero si ir teniendo una estabilidad poco a poco, pero nada, ni poco ni mucho. Y ves a otras personas, como una de mis amigas, con su trabajo, sacándose una carrera y a punto de irse a vivir con su novio, y sinceramente, se me cae el mundo al suelo. Estoy muy contenta de irme el mes que viene fuera a estudiar, pero ahora creo que debería haberlo hecho antes, y ahora tener algo más "adulto". Aunque nunca me lo había parecido, me da la impresión de que he perdido el tiempo, no se cómo ni dónde, pero me veo caminando para atrás como las tortugas, y no se que hacer.

Lo cierto es que mi mala época me viene tiempo atrás, desde Septiembre, como ya sabeis los pocos que imagino que seguiréis este blog, no sólo por mi archiconocida "ruptura" con mi novio, que también, claro que eso influyó muchísimo, sino por muchas cosas. Sobre todo, noté mucho la ausencia de ir a clase después de tanto tiempo, no ya porque tuviera grandes amigos en la carrera (a los que lo eran ya los habia perdido), sino por la seguridad de estar con conocidos desde hacia 5 años con los que, a base de vernos tantos días, me sentía bien. Me sentía parte de algo. Ahora no me siento parte de nada y de nadie. Un profesor nos dijo el año pasado que la labor del investigador es muy solitaria, porque el hacer una tesis doctoral es algo personal y no puedes compartirlo con todo el mundo (en mi caso, suerte si lo puedo compartir con alguien), te obliga a estar mucho tiempo solo. Y así es como estoy yo. Sola. No es como otras veces, que me he sentido sola por momentos pero en el fondo sabía que no era verdad. Ahora es una certeza. El colmo ha sido cuando hoy me he desahogado con mi madre, y en vez de negarlo, como suele hacer, me ha dicho: "Pues hija, a lo mejor te tienes que acostumbrar a estar sola". Vaya, así que realmente sí que lo estoy.

Pero lo que era una mala racha que parecía estar enderezándose a finales de año, se ha agravado con Enero. Porque lo que mal acaba, mal empieza; el año pasado acabó mal, y este ha empezado mal. De repente, mis amigos, los que siempre están ahi y me hacen sentir que le importo a alguien, estaban de exámenes o fuera de Madrid, y no podía verles. No soy una persona de bastantes amigos, sino de pocos, muy pocos, cada vez menos, porque soy muy tímida y me cuesta hacer relaciones allá por donde voy. Eso sí, mis amigos son los mejores, pero no es difícil que durante una época coincida que ninguno pueda quedar, como ha pasado. Eso me ha permitido dedicarle tiempo a la tesina, que la adoro, me encanta, pero aún así, yo me ahogo en casa. Ya se que es una contradicción, que para hacer la tesina tengo que estar mucho en casa, pero no puedo. Simplemente, soy una persona que necesito salir, y aún más, estar con gente, hablar, reír. Como he dicho, soy tímida, sí, pero a la vez muy sociable. No me gusta nada ir por las calles de mi ciudad sola, sea para hacer lo que sea; sobre todo después de haberlas compartido con alguien a quien quería. No soporto ir sola al cine. Y cada vez que alguna de estas cosas ocurre, es como si se me partiera el corazón y me paso todo el tiempo con ganas de llorar. Como a mi madre y a mi hermano les encanta estar en casa solos y a sus cosas, no me entienden, y creen que me tendré que hacer a la idea. Pero cada uno es como es, y yo soy así. No es que nunca haya ido sola a ningún lado, joe, eso ya sería demasiado; pero nunca me había dado cuenta de lo horrible que es hasta que lo he tenido que hacer por obligación, plantearme dos posibilidades: o quedarme en casa o salir sola. No se cual es peor de las dos. ¿Aún os extraña cuando decía en uno de los post anteriores que estoy asqueada con mi vida?

No es que esté siempre mal; en cuanto estoy con gente me animo y vuelvo a ser yo. Pero lo que antes era estar mal a veces en un conjunto general bueno, ahora es estar bien a veces en un conjunto malo. Creía que no se me notaba mucho, pero según mi madre sí, y eso empieza a preocuparme. No soporto ver películas de amor falsas y me alegro cuando las parejas (en la ficción) rompen; no aguanto las canciones "que dicen que nos sobra el amor", puaj; no llevo bien ver a parejas felices, conocidas o desconocidas. Lo peor es que no soy una de esas desesperadas por tener novio, o por volver con el que tenía; es solo que ahora se lo que es estar a la perfección con alguien, se lo que he tenido, se lo que he perdido. Y se lo que no quiero, y sobre todo, lo que quiere tener. Y sin eso, me cuesta un mundo pasar día tras día. Siento, como he dicho antes, que tengo el corazón destrozado y no tengo ni idea de como arreglarlo. No es una licencia poética, es así como me siento físicamente. A lo mejor soy yo la que debería ir a un psicólogo (con lo mucho que lo he criticado), pero no quiero exagerar ni pensar que estoy deprimida, sino seguir pensando que esto no es más que una mala época, como ya ha habido otras en mi vida, y que acabará pasando. Sólo que hoy he explotado. Creo que me hacía falta, y también escribirlo, aunque no lo lea nadie, aunque sea solo para mi.

Voy a intentar no pensar el futuro, que es lo que más me hace pensar en lo poco que me gusta mi presente. Voy a intentar ir poco a poco, pasito a pasito, día a día. Aunque no me guste lo que haya ahora mismo. Todo puede cambiar. Como dice mi madre (que es la mejor psicóloga del mundo, no necesito más): "Hay que pensar en el hoy, en lo que tenemos hoy, si todos nos pasaramos la vida pensando en el futuro, nos volveríamos locos". Perdón por todo este rollo, son reflexiones de una noche de lunes, tampoco se puede pedir más. Mañana probablemente me arrepentiré de casi todo lo que he puesto, pero HOY es hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario