sábado, 18 de junio de 2011

Empty chairs at empty tables

Ayer (por fin!) se licenciaron algunos de mis mejores amigos. Mientras estaba en su ceremonia de graduación, me emocioné mucho recordando mis tiempos universitarios. Muchos de aquellos momentos fueron de los mejores de mi vida. Pensabas que tenías todo el futuro por delante, y no sólo eso, sino también que ese futuro iba a ser maravilloso, que ibas a lograr todo lo que querías y que, si todo te iba tan bien allí, en todos los ámbitos de tu vida iba a ser igual. Qué inocentes somos.

En su discurso, una profesora ayer les decía que a partir de ahora todas las asignaturas de la vida serían optativas, los caminos infinitos, pero también muy inciertos. Y qué gran verdad. Porque, ¿cómo les dices a esos amigos míos tan ilusionados, que yo, tres años después de acabar la carrera, sigo sin tener ni idea de qué hacer ni por dónde va a tirar mi vida, y que estoy aún más perdida que en el momento en el que terminé? ¿Cómo les dices que muchos de esos "grandes" amigos que has hecho en esos años, por mucho que hayais compartido y aunque no lo quieras, al final desaparecerán de tu vida?¿Cómo les dices que sí, que se ha acabado la que probablemente será la mejor etapa de sus vidas, y que ahora es cuando realmente empieza el trabajo duro, la responsabilidades, y todo lo que la vida adulta y el mundo real conlleva? Cada uno seguiremos nuestra vida, a trompicones, como podamos, aquí o allá. Yo llevo cuatro años trabajando "temporalmente" en algo que no tiene nada que ver con lo mío, y cada vez parece menos "temporal", y tal vez empiece una nueva carrera en Septiembre. A saber. La vida da muchas vueltas y no sabemos dónde ni cómo acabaremos. Lo que está claro es que todo lo que imáginamos cuando estamos en la universidad, casi nunca se cumple.

Pero ayer, ayer no era el momento de decir aquellas cosas. Ayer era el día de felicitarles por su esfuerzo, de despedir una gran etapa (quizás la más importante de la vida), de ser feliz, de cantar, reír, beber, abrazarnos y valorar lo bueno que tenemos. Que el futuro, mejor o peor, siempre nos alcanza a todos queramos o no, y mejor no adelantarse a los momentos de agobio e incertidumbre que, inevitablemente, llegarán. Y juntos, si siempre juntos y mientras sigamos teniendo motivos para celebrar, conseguiremos hacerle frente.

Otro día, hablo de Ibiza y demás cosas wais que van a pasar estos días, pero hoy me apetecía reflexionar sobre este tema.

"...Empty chairs at empty tables
Where my friends will meet no more.

Oh my friends, my friends, don't ask me
What your sacrifice was for
Empty chairs at empty tables
Where my friends will sing no more"

No hay comentarios:

Publicar un comentario