miércoles, 16 de diciembre de 2009

A la primera persona...

A la primera persona que me ayude a comprender
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte sin querer (querer).

A la primera persona que me ayude a salir
de este infierno en el que yo mismo decidí vivir
le regalo cualquier tarde pa' los dos,
lo que digo es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer:
es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.

Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué
(¿qué voy a hacer? nada).

¿Qué voy a hacer de los sueños?
¿qué voy a hacer con aquellos besos?
¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos?
dime dónde lo metemos.

¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer?
¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿dónde guardo mi fe?

Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar,
no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.

A la primera persona que me ayude a caminar
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.

A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien
pero es que ya estoy harto de perderte.

Y a la primera persona que me lleve a la verdad
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más,
yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte!
y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.

Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,
yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego,
y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios, donde no existen verdades.

Es todo tan relativo, como que estamos aquí,
no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.

Y es que a la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor!
pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.

A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
ni siquiera dónde estar.


"A la primera persona", Alejandro Sanz, El tren de los momentos


Porque Alejandro Sanz a veces hace aún alguna canción genial.

Hay días que odio a la gente; al mundo entero. Desde la gente del metro, que me revientan, hasta los conocidos y todas las falsedades que me encuentro, cada vez más. Y ya he dicho muchas veces que cuanto detesto la falsedad. Y las tonterías. Soy muy mayor para bobadas. Y a la gente que se pone a discutir delante de mi con la cajera en el súper cuando tengo prisa. Aaaagghh. Y me acaba de llamar mi mejor amigo bastante mal con problemas personales, y me he quedado súper ploffff, y a la vez tengo una "conversación" que me está dando mucho por saco. También odio a la gente que hace que me conoce cuando no tienen ni idea de quien ni como soy. En fin...

No todo es malo, hoy ha nevado un poco y se que con mis compis de la fonoteca se pueden tener conversaciones frikis sobre cine, hasta sobre Ulrich Tukur (cómo me emociono yo sola jejeje)! Y he sacado un 9,5 en el examen de alemán, y la fiesta navideña ha estado muy chula! Y mañana voy a ver "Malditos bastardos" (quién me lo iba a decir...). Y quedan sólo tres días escasos para irnos a Malta y ya tenemos el planning hechoooo!!!:D

"Así, cuando me entere que no estás aquí
al menos mi canción me dirá que si..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario