martes, 2 de marzo de 2010

Ich bin mein Haus

(Escrito ayer dia 1 de Marzo, pero por problemillas tecnicos aun no habia podido subirlo)


Escribo desde la que va a ser mi casa durante un mes, mi habitación en la residencia del Goethe Institut de Bonn. Ya de por si me encanta, pero la he cogido aún con más ganas después de lo caótico que ha sido llegar a ella. Y es que ayer se cumplió perfectamente el lema de la ley de Murphy, “si algo puede salir mal, saldrá mal”. En mi caso, prácticamente todo salió mal. Lo primero ya en Barajas, la gracia de tener que pagar por llevar 3 kilos de exceso de peso (ya me lo esperaba, pero aún así a nadie le gusta empezar así un viaje): no entiendo la gente que viaja con nada, y más cuando es un viaje largo, yo que de normal para pocos días llevo de todo, pues para un mes me llevo la casa a cuestas. En fin, ya facturada, cogí el avión bien, sin problemas, a la hora, e incluso íbamos a llegar antes de tiempo, pero de repente el piloto nos avisó del que el viento en la zona era tan fuerte que aún no le dejaban aterrizar y que se auguraba un retraso de casi dos horas!:S Y que a lo mejor teníamos que aterrizar en el aeropuerto de Colonia (cada vez que lo pienso, que bien me hubiese venido). Pero finalmente pudimos llegar a Frankfurt sólo media hora más tarde de lo que debíamos, a las 3 pm; eso sí, el aterrizaje fue fino, ya nos dijo el piloto que iba a haber turbulencias, pero madre mía, menudos meneos! Yo estaba más preocupada por no vomitar allí mismo que por que no cayéramos, qué mareo. Finalmente, ni una cosa ni la otra. Luego tocó esperar una eternidad esperar a las maletas, ir de una terminal a otra, y por fin, al llegar a la estación de trenes, nos dijeron que ese día sólo funcionaban los regionales (que por supuesto, ni por asomo llegan a Bonn); pero como soy una chica de recursos jejejeje en lugar de desesperarme como hago normalmente, me dije “Vamos a ver chica, de algún modo tienes que salir de aquí”, así que decidí coger un regional que me dejara en las estación central de Frankfurt, y ya desde allí coger un tren normal que me dejara en Bonn o lo más cerca posible. Mi plan era brillante, si no hubiese sido porque ese día la estación central era también una “Katastrophe”: no se qué pasaba pero no salía ningún tren, los que salían lo hacían tardísimo y por todas partes había un caos de gente. Parecía que, al igual que pasa en España cuando ocurren estas cosas, los alemanes tampoco se enteraban de nada de los que decía la megafonía, y estaban igual de atacados que yo. Eso sí, se lo tomaban con bastante más filosofía de lo que lo hacemos en España. Tengo que decir que lo poco que llevo con ellos, los alemanes me parecen encantadores, oí hace poco a una chica en la tele que decía que lo primero que había pensado de los alemanes era que nunca se reían, y a mí me parece totalmente al revés, hay de todo, pero en general bromean y ríen mucho, y lo más curioso, entre desconocidos. Enseguida se ponen a hablar contigo, y si ven que en alemán no te apañas, lo hacen en inglés (increíble cómo cambian el chip, qué envidia), y son extremadamente educados en todo.

Bueno, me había quedado en que estaba en la estación (no olvidemos que todo el tiempo arrastrando una maleta de 26 kilos de un lado para otro) y al final cogí un tren a las 9 pm que tardaba dos horas en llegar a Bonn; menudo coñazo, aunque fue toda una experiencia ver que en un tren normal de larga distancia en Alemania, por lo menos allí, te puedes colar por todo el morro sin problemas, no sé si por el caos que había o qué, ya os iré contando. Cuando llegué a Bonn, después de casi pegarnos entre todos por los taxis, por fin llegué a mi hotel casi sin creérmelo. Tal vez por el cansancio de todo el día (además esa noche sólo había dormido tres horas) tuve mi momento de bajón y de “no sé qué hago aquí, en vaya lío me he metido, me quiero ir casa”; pero luego vi bien la habitación y sobre todo, el peazo de baño que tenía y me tranquilice bastante jejejeje y sobre todo también esta mañana, después de haber dormido bien y ver el súper desayuno, madre mía que de cosas y qué bueno todo! Lástima haber disfrutado tan poco del hotel porque está muy bien, pero después de recoger lo poco que había sacado, me fui al Goethe, no sin antes perderme, como no, a pesar de estar cerca, pero gracias a un amoroso señor alemán llegué sin más problemas.

Ya aquí, me atendieron genial todos, me hicieron un examen escrito que me salió penoso y una oral que fue mejor de lo que esperaba, así que a ver qué pasa mañana y en qué clase me meten; y al final, todo lo bueno, un chico guapísimo llamado Moritz (me encanta ese nombre, como el actor Moritz Bleibtreu jejejeje frikada de historiadora del cine alemán) me ha llevado a mi habitación… sin salir del instituto! Sí, la residencia está en el mismo instituto! Son como dos casa unidas, qué genial, porque empezando la clase a las 8:30 de la mañana iba a ser durillo salir a la calle con el frío, pero así genial! Yo ya estaba feliz por eso, pero es que además la habitación es una pasada, para mi sola, grande, con muchísimo espacio (con todo lo que he traído me sobra sitio por todas partes, con eso lo digo todo), tiene un armario gigante, una mesa para estudiar, un lavabo, una minineverita que enfría poco, pero menos es nada jejeje y una calefacción que calienta mucho, así que genial! Y otras frivolidades pero que vienen genial como un peazo de espejo de cuerpo entero que viene genial para verse por las mañana jejejeje. También las zonas comunes, como la cocina y los baños, están genial. Total, ya estoy totalmente instalada y estoy feliz de la vida. Lo primero que he hecho después de recoger es ir a ver mi barrio, Bad Godesberg, que es precioso (está en el quinto pino del centro de Bonn, pero qué más da?), tengo un parque precioso al lado y muy cerca, los Kinopolis! Vaya sesiones de cine que me voy a pegar, aunque no entienda mucho, ya las volveré a ver, pero sobre todo pelis alemanas voy a ver todas las que pueda. Y también hay cerca una zona muy comercial, así que me he ido a un súper a comprarme algo de fiambre y sobre todo, yogures y zumos y cualquier cosa que tenga cereza! Aquí se llevan mucho las cosas de Kirschen, cerezas, y me encanta! En lo poco que llevo aquí ya me he tomado dos zumos y un yogur de cereza, y esta noche cae más fijo, me encanta! También os contaré los descubrimientos alimenticios que vaya haciendo.

Bueno, que como veis, a pesar de los problemillas, que ahora parecen lejanos, estoy aquí como una reina, a mi bola, ahora aquí de relax con mi musiquita, que aún tengo cansancio acumulado de ayer y mañana empieza lo duro! Clases y planes para después: mañana a conocer más el barrio y por la noche fiesta de la resi, bien! Y el sábado, a pasar el día a Colonia! Y el domingo tengo la intención de ir a ver “Alice im Wunderland” a los Kinopolis!:D Qué ganas de todo!

“Los grandes cambios son más fáciles que los pequeños”


1 comentario:

  1. Hallo Sofia, Danke schön für die blog

    Soy de Chile y quiero estudiar en el instituto Goethe en Bonn, por suerte encontre tu blog, al parecer tengo bastante que leer :).

    Me gusta saber las experiencias de otras personas y asi puedo ir más preparado.

    Quiero ir en Diciembre, espero que no haga mucho frío.

    Una pregunta, en Bonn solo hospedas en residencias o también puedes estar en casas particulares? pienso que estando con una familia se puede aprender más.

    Nuevamente gracias por escribir tu experiencia.

    Saludos
    Maximiliano

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